martes, 26 de marzo de 2013

La ciudad, un espacio para aprender.

Ser ciudadano implica una relación recíproca con nuestra sociedad. Tanto es así que, el hecho de que los ciudadanos utilicen la ciudad, significa que la ciudad nos utilizan. Bien entendido, la huella que nosotros dejamos cuando formamos parte de nuestra ciudad hace que se genere una historia y un patrimonio sobre esta misma. 

El patrimonio cultural de las ciudades es, en la mayoría de los casos la esencia de sus calles, sus monumentos y sus integrantes. Más allá del conjunto de edificios, la ciudad muestra las características de sus integrantes, el compromiso y los valores de los vecinos y la responsabilidad y educación de aquellos que componen la ciudad. 

Vivir la ciudad es algo de lo que pocos nos damos cuenta en muchas ocasiones, pero que todos hacemos diariamente. Desde visitar alguna exposición propia de la ciudad hasta participar activamente en las comunidades de vecinos es algo que configura quiénes somos y porqué vivimos en cada ciudad. 

El problema con el que se encuentran actualmente las ciudades parte de la homogeneidad que las sociedades están generando, estableciendo pautas comunes en todos los lugares, y olvidando, en muchos casos, las reseñas propias de cada ciudad. 

La historia es la base de estas reseñas, sin las cuáles no comprendemos la configuración de nuestra sociedad más directa y por las cuáles somos de una manera determinada. Y comprender y reconocer las historias que envuelven nuestra ciudad hace que esta siga viva. Por ello, se deben promover actividades y ejercicios que muestren la historia de la ciudad y ayuden a recordarla. 

Desde un plano de la ciudad con reconocimiento de los distintos monumentos, hasta actividades para aprovechar los recursos de la ciudad, cualquier cosa que nos vincule a la ciudad ayuda a que los recuerdos, la historia y la esencia sigan presentes en cada esquina o cada museo. 

La sociedad debe apoyarse principalmente en la escuela, fomentadora de la historia y la vida de cada ciudad, siendo el primer agente que genera la realidad social a sus futuros ciudadanos. Para esto, la escuela debe educar y ser educada en promover la vida en la ciudad.